Hay quienes muestran cierto rechazo a probar la carne de ciervo por pensar que se trata de una carne excesivamente intensa. Sin embargo, si está bien cocinada es una delicia, delicada, con notas a herbáceas a monte (además de ser magra y cargada de proteínas a nivel nutricional). Aquí vamos a acompañarla con unas castañas, guarnición perfecta para los platos de carne silvestre.