La carne y sus derivados, fundamentales para fortalecer el sistema inmunológico. Las proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales que contienen la carne y sus derivados son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Eliminar determinados grupos de alimentos de la dieta puede aumentar el riesgo de sufrir ciertas deficiencias nutricionales ligadas a la disfunción del sistema inmunológico.
Son numerosos los nutricionistas y endocrinos que han ofrecido sus consejos sobre cómo mantener una alimentación adecuada. Desde la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España, queremos apoyar el mensaje sobre la importancia de mantener una dieta saludable, variada y equilibrada como lo es la Dieta Mediterránea, en la que la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda incluir el consumo de carne y derivados cárnicos.
Una adecuada alimentación permite el fortalecimiento del sistema inmunitario
Para ello, es fundamental contar con una dieta variada y equilibrada, en la que se incluyan todos los grupos de alimentos que contengan un gran valor nutricional.
El consumo de proteína cárnica no sólo es un placer gracias a que la carne y sus derivados son alimentos de excelentes características organolépticas, sino que también son un gran aliado para mantenerse sano y contar con un sistema inmunológico fuerte, que ayude a combatir diferentes enfermedades. De hecho, el consumo de estos alimentos jugó un papel clave en la evolución humana, aportándonos una gran cantidad de nutrientes fundamentales.
La carne y sus derivados contienen proteínas de alto valor biológico, esenciales para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los tejidos del cuerpo humano, e incluyen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede producir y que son necesarios para su correcto funcionamiento.
La vitamina B12, por ejemplo, contribuye a la formación normal de glóbulos rojos, así como al funcionamiento normal del sistema nervioso y del sistema inmunitario. La vitamina B6, por su parte, contribuye a un metabolismo energético normal y también ayuda a regular la actividad hormonal. En cuanto a las vitaminas B1 y B3, la primera permite el funcionamiento normal del corazón y también del metabolismo energético normal, antes ya mencionado; mientras que la segunda, contribuye al mantenimiento de la piel y las mucosas en condiciones normales, así como al funcionamiento normal del sistema nervioso.
En cuanto a los minerales que aportan la carne y sus derivados, destacan: el zinc, importante para mantener la salud cognitiva y la protección de las células frente al daño oxidativo; el hierro, que contribuye a reducir el cansancio y la fatiga y el fósforo, para un correcto transporte de oxígeno en el cuerpo. Asimismo, la carne aporta hierro hemo, un componente que el organismo absorbe con más facilidad que el hierro no hemo de los vegetales.
La importancia de la carne y sus derivados en cada etapa de la vida
El consumo de carne y sus derivados son muy recomendables en todas las etapas de la vida. Teniendo en cuenta que factores como la edad, el género y el estado fisiológico son fundamentales para determinar la cantidad necesaria que garantiza el correcto funcionamiento del organismo.
Las dietas de los niños y adolescentes deben incluir alimentos ricos en proteínas para cubrir las necesidades nutricionales en estas etapas de elevado desarrollo muscular, óseo y cognitivo. De hecho, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) considera que el momento adecuado para que los niños comiencen a tomar carne en pequeñas cantidades es a partir de los seis meses. Además, estudios recientes han demostrado que cuando la carne y sus derivados están presentes en la alimentación, mejora significativamente el crecimiento, el tono muscular y el desarrollo cognitivo de los niños.
Del mismo modo, el consumo de carne y sus derivados es 100% saludable para las mujeres embarazadas. El consumo de nutrientes y las necesidades de proteínas aumentan durante el embarazo, por lo que según recomienda la European Food Safety Authority (EFSA), es fundamental un aumento de la ingesta de proteínas de 1,9 y 28 g/d en mujeres embarazadas. Por ello, la carne se vuelve un alimento primordial para dar respuesta a estos requerimientos, asegurando el buen desarrollo del embarazo y, gracias a las vitaminas, regulando la actividad hormonal y contribuyendo al normal funcionamiento del sistema nervioso. Los minerales de la carne y sus derivados, como el zinc, por ejemplo, contribuyen a la síntesis normal del ADN, mientras que el hierro contribuye al transporte normal de oxígeno, así como a la correcta formación de glóbulos rojos y hemoglobina.
as propiedades que ofrecen la carne y sus derivados son también beneficiosas para las personas mayores, ya que ayudan a fortalecer el organismo y mejorar su bienestar. Las proteínas de alto valor biológico de la carne y sus derivados contribuyen al correcto mantenimiento de los huesos y los músculos. De este modo, las personas de la tercera edad pueden incluir en su rutina diaria la práctica de ejercicio moderado, fundamental también en esta etapa de la vida. Por su parte, minerales como el zinc permiten mantener la salud cognitiva, y el hierro contribuye a reducir el cansancio y la fatiga. Además, estos minerales también contribuyen al óptimo funcionamiento del sistema inmunológico.
Eliminar determinados grupos de alimentos de la dieta puede aumentar el riesgo de sufrir ciertas deficiencias nutricionales. Carecer de determinados nutrientes como las proteínas, hierro, vitaminas o el zinc, está ligado con la disfunción del sistema inmunológico. Por ello, todos estos nutrientes que contienen la carne y sus derivados son fundamentales para mantener el sistema inmunológico en condiciones óptimas.
La respuesta inmunitaria de nuestro organismo está relacionada con todos los nutrientes que se encuentran en la carne y sus derivados. Gracias a las proteínas de alto valor biológico que aportan estos alimentos, las vitaminas y minerales, logramos mantener nuestras defensas altas y fortalecer nuestro sistema inmunológico.