Carnes rojas ¿Qué beneficios y qué propiedades tienen?

En crudo, identificamos por carne roja a aquella que presenta dicho color que se debe a la alta concentración de mioglobina, ya que suele superar el 1% mientras que en la carne blanca no alcanza el 0,5%. La carne roja al igual que muchas otras carnes son fuente de proteínas de calidad para nuestro organismo y ofrecen cantidades que varían desde un 15 a un 25%. Pese a estar considerado en los últimos tiempos como un alimento perjudicial para la salud por parte de la prensa, al dejar de comer carne roja se dejan de ingerir nutrientes beneficiosos y necesarios para el organismo.

Denominamos carne roja a aquellas carnes que presentan un color rojo: Ciervo, corzo, gamo, vaca, ternera, buey,...   

¿Es buena la carne roja?

En la actualidad existe una gran controversia acerca del consumo de carne roja. Si bien es cierto que la OMS (Organización Mundial de la Salud) puso la carne roja en el punto de mira, afirmando que su consumo aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer (pese a que posteriormente aclaró que debemos reducir el consumo), es un grupo alimentario muy rico en proteínas y son una fuente importante de hierro, tanto en cantidad como en calidad.

A su vez, posee un gran contenido de vitaminas B que ayudan al funcionamiento adecuado del sistema nervioso. Y tiene numerosos beneficios en deportistas (para rendir más y mejor), gestantes (para reducir la anemia e impulsar el desarrollo del bebé) o jóvenes menores de 8 años (que no digieren bien otras fuentes proteínicas).

¿Cuántas veces a la semana hay que comer carne roja?

Expertos destacan la necesidad de llevar una dieta equilibrada, y consumir carne 2 o 3 veces por semana. De las diferentes variantes para el consumo de carne roja, la carne de ciervo o gamo es la más rica en proteínas (se estima que con solo 100 gramos se cubre la mitad de la necesidad proteínica diaria) y en fósforo, primordial para el desarrollo intelectual y la formación de nuestros huesos.

Por otra parte, en la carne de jabalí acentuamos su aporte de Omega 3 o los ácidos poliinsaturados (que protegen el corazón). Sus carnes, al ser de origen salvaje,  tienen un bajo aporte de grasas.

Otros grupos como la carne de toro y vaca (con beneficios como el zinc, las vitaminas B6, B3 y B12, el fósforo o el hierro), la de buey (rica en fósforo, potasio y magnesio) o las aves de corral (el pato y el ganso, que contienen altos niveles de minerales como hierro o fósforo) proporcionan los nutrientes necesarios para completar una dieta idónea. 

Toda carne roja contiene abundantes cantidades de zinc, elemento fundamental que participa en las reacciones enzimáticas que protegen contra los daños oxidativos.

Las carnes rojas consumidas con regularidad pero no en exceso, pueden ser una buena forma de garantizar el consumo de hierro de calidad, es decir, que se absorbe fácilmente y que ayuda a prevenir anemias nutricionales pues además, ofrece ácido fólico y proteínas que favorecen el aprovechamiento de este mineral.

La carne de ciervo, jabalí, corzo, gamo y muflón, no contienen grasas saturadas, como demuestran los estudios realizados por Asiccaza. 

 
Fuente: Dto. Calidad Cárnicas Dibe.