El alimento del futuro
Es una de las carnes más saludables y sostenibles, de origen 100% natural, además de un arma contra el cambio climático, un motor económico clave en el desarrollo rural que fomenta la biodiversiad y la conservación de los espacios naturales.
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1. CLAVE PARA EL DESARROLLO RURAL
El consumo de carne de caza se ha convertido en un dinamizador multisectorial para la economía rural. Es el único producto agroalimentario presente de forma permanente en las zonas rurales más desfavorecidas, asociadas a entornos forestales y siendo en ocasiones la única posibilidad laboral que encuentran los habitantes de la zona. En un país en el que el medio rural abarca el 90% del territorio y en el que reside un 20% de la población - hasta un 35% incluyendo las zonas periurbanas-, la búsqueda de actividades alternativas que combatan el abandono de tierras y el éxodo rural hacia las grandes urbes se hace imprescindible. La caza de ciervos, jabalíes, gamos, corzos, perdices, palomas y otras especies de carne de caza silvestre supone, junto al turismo rural, una nueva dimensión para los pueblos españoles, ya que atrae hasta nuestro país a cazadores nacionales y extranjeros, generando un importe impacto económico. A las casi 850.000 licencias de caza nacionales que se contabilizan actualmente hay que añadir los 25.000 turistas extranjeros que visitan España anualmente para realizar turismo cinegético, procedentes principalmente de Francia, Italia, EEUU y también de países como Qatar, Emiratos Árabes y Arabia Saudí. Se trata de personas que se caracterizan por tener una capacidad adquisitiva media-alta, lo que se traduce en un importante nivel de gasto que genera cuantiosas rentas a los habitantes de las zonas rurales, dándose incluso el caso de grupos de turistas que pueden llegar a gastar entre 40.000 y 50.000 euros en un único fin de samana. Además, la actividad cinegética ejerce un efecto positivo en el arraigo poblacional, ya que muchos cazadores siguen ligados a sus municipios de origen gracias a poder ejercer esta actividad en su medio rural, contribuyendo a fijar población en las zonas más desfavorecidas.
2. DE LA MANO DE LAS MEJORES INDUSTRIAS
Además de su sabor, la trazabilidad y la seguridad alimentaria de la carne silvestre de nuestro país son otras de las características diferenciales de este producto, algo en lo que e nlo que todo el sector se encuentra firmemente comprometido. La carne silvestre en España está sometida a una estricta supervisión higiénico-sanitaria, cumpliendo con la normativa que marca la Unión Europea. El control es doble. Primero se realiza un primer examen veterinario en campo, donde se recoge la pieza. Después se lleva a cabo una inspección posterior cuando llega a la sala de despiece, garantizando por completo su trazabilidad, seguridad y autenticidad.
La industria que rodea a la carne de caza española se encuentra a la vanguardia de Europa. Comunidades autónomas como Extremadura, Castilla - La Mancha y Andalucía, principalmente, han desarrollado un amplio tejido industrial relacionado con este producto que la naturaleza nos ofrece. En estas regiones se ubica la mayoría de las salas de despiece encargadas de su recogida, procesado y distribución. Se trata de empresas muy profesionalizadas que cuentan con las últimas tecnolgías y que, gracias a los numerosos controles de índole higiénico-sanitaria, garantizan la idoneidad de la carne silvestre que se comercializa. Para que todos podamos consumir este producto que no es otra cosa que naturaleza en estado puro.
3. BUENA PARA LA SALUD
Es una carne natural que procede de animales criados en libertad y alimentados con pastos y frutos silvestres y carente de residuos de hormonas, antibióticos y otros fármacos. Su valor nutritivo puede variar dependiendo de numerosos factores como la especie, la edad, el sexo, la procedencia geográfica, el tipo de alimentación, el estado físico e incluso la época de caza, aunque posee una serie de características comunes que la distinguen de la procedente de animales de abasto de consumo habitual. Una investigación centrada en la carne de ciervo, la carne de caza más consumida en todo el mundo y que con respecto a otras carnes rojas procedentes de animales domésticos, ha demostrado que posee un menor contenido en grasa y valor calórico. Tanto el etiquetado como la publicidad del lomo de ciervo silvestre podrían - en base a la actual legislación europea - decir que <>. Además, al haber obtenido cantidades significativas de varios minerales y vitaminas del grupo B, en el etiquetado, presentación y cualquier forma de publicidad del lomo de ciervo silvestre se puede arifmrar que se tratqa de una carne roja con múltiples propiedades saludables relacionadas con su contenido en minerales y vitaminas.
4. EL RECURSO MAS SOSTENIBLE
La carne de caza se cría en auténticos paraísos medioambientales perfectamente gestionados por sus productores. Halbar de carne de caza silvestre es hablar de los más altos estándares de sostenibilidad. La actividad cinegética en la Península ibérica controla tanto la cantidad de animales que se pueden abatir como la temporalidad en la que debe hacerse gracias a las vedas. Una forma de garantizar un recurso que dsimboliza nuestra excelencia gastronómica. Las extracciones mediante la caza están perfectamente reguladas bajo normas y sólo se caza lo permitido asegurando mediante la gestión sostenible el buen estado de las poblaciones futuras.
5. MOTOR ECONÓMICO
La caza es fundamental para la existencia y roducción de carne de caza silvestre, un subsector que según los últimos datos oficiales del MAPA alcanzó las 20.922.143 capturas por un valor de 89.931.973 euros. El sector de este tipo de carne constituye un verdadero dinamizador multisectorial para la economía de las zonas rurales donde se produce, y se vincula directa e indirectamente con múltiples sectores y actividades económicas que generan un importante impacto económico y la generación de empleo en el territorio. La actividad cinegética genera un impacto económico de 6.475 millones de euros en nuestro país, lo que supone un 0,3% del PIB nacional, aportando 614 millones de euros a las arcas públicas. Además, contribuye al mantenimiento anual de 141.261 empleos directos, indirectos e inducidos, a los que hay que sumar puestos de trabajo directos generados por los titulares de coto y organizadores profesionales de caza, que ascienden a 45.497 empleos, alcanzando un total de 186.758 puestos al año; es decir, un 1% de la población activa.
6. ORIGEN 100% NATURAL Y COSTE MEDIOAMBIENTAL CERO
La carne de caza silvestre es un producto único, 100% natural y auténtico. Y lo que es mejor: en su crianza no interviene la mano del hombre, siendo su alimentación totalmente silvestre y, por tanto, natural y variada. Es una carne pura. Este exisgente proceso de producción es una de las ventajas diferenciales de la carne de caza de España en comparación con la de otros países donde los animales se crían en su mayoría en granjas y se les asiste con alimentación adicional a los pastos, por lo que su sabor on puede compararse con la carne de caza auténticamente silvestre. Además, su producción no tiene coste medioambiental para la sociedad, pues se cría en total libertad y consumiendo sólo lo que ofrece el campo. No existe una ocupación del terreno en sus sistema de producción, ni contaminación asociada ni consumo hídrico como en el resto de producciones de carnes procedentes de granjas.
7. FOMENTA LA BIODIVERSIDAD Y LA CONSERVACIÓN
El sector agroindustrial de la carne de caza silvestre se sustenta en un recurso natural que, gestionado de manera sostenible, es un instrumento fundamental para la conservación del medio ambiente y el fomento de la biodiversidad. Así lo reconocen, entre otros, la Unión Europea, el Consejo de Europa, la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza o BirdLife Internacional, que consideran que esta actividad puede convertirse en una herramienta fundamental para la conservación, la gestión y la protección de la naturaleza. Su producción contribuye a la conservación de los ecosistemas, impactando positivamente en la supervivencia de muchas especies tanto cazables como muchas otras que no lo son. El sector de la carne de caza silvestre genera un equilibrio poblacional de las especies cinegéticas que fomenta su conservación evitando la suprepoblación y mejorando su estado sanitario. Además, el compromiso con la conservación de la fauna silvestre de los distintos agentes vinculados a la actividad cinegética es notable: según un estudio de la Fundación Artemisan, el 33% de los titulares de cotos de España participan activamente en programas de conservación de especies, como los de la recuperación del águila imperial ibérica o del lince ibérico.
8. GARANTÍA DE BIENESTAR ANIMAL
La carne de caza silvestre es un producto único, 100% natural por su proceso de producción en extensivo y con unas condiciones de bienestar animal inigualables, en total libertad, que fomenta el desarrollo rural de las zonas más desfavorecidas y favorece la biodiversidad animal. Así, los animales que se consumen han tenido la mejor calidad de vida, expresando formas innatas de comportamiento y alimentándose de manera natural de lo que ofrece el campo destacando las hierbas silvestres y frutos del bosque, como por ejemplo las bellotas.
9. FACTOR DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO NACIONAL
La carne de caza silvestre también juega un papel importante en la conservación y promoción del patrimonio natural. De hecho, algunos parques nacionales y la mayoria de los espacios protegidos de nuestro país fueron cotos de caa en sus orígenes y siguen estando formados estos mismos territorios en la actualidad. De este modo, el aprovechamiento sostenible de las especies cinegéticas consiguió generar lugares de alto valor ecológico, como los parques nacionales de Picos de Europa, Doñana, Monfragüe o Cabañeros, entre otros, o el Parque Regional de la Sierra de Gredos. Desde entonces, el sector de la canre de caza silvestre se ha mantenido vinculado a la conservación del patrimonio natural. Un estudio de la Fundación Artemisan demuestra que el 36% de los titulares de cotos y el 46% de los profesionales que gestionan terrenos cinegéticos en España destinan un total de 233 millones de euros anuales a repoblaciones y otras inversiones de conservación medioambiental y otros 54 en el mantenimiento de accesos, realización de pantanos y cortafuegos, limpieza de las masas forestales y muchas otras mejoras del monte.
10. LA CARNE DEL FUTURO: UN ARMA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
La carne de caza cumple las recomendaciones lanzadas por Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático por su carácter natural y sostenible. En concreto, el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas ha propuesto un cambio en la diesta humana en el que la carne que se consuma debe estar asociada a sistemas productivos <<resilientes, sustentables y bajos en emisiones de gases de efecto invernadero>>. Dentro de esta lucha por la sostenibilidad y contra el cambio climático muchas especies de caza son también esenciales en la batalla contra los incendios forestales, ya que buena parte de su dieta se basa en el combustible vegetal que aporta la propia naturaleza.
11. PARTE DE NUESTRO ACERVO CULTURAL
Comer carne de caza es una costumbre tan antigua como la propia Humanidad. A partir de ella se han elaborado una innumerable colección de recetas que, por su sabor y su equilibrio nutricional, siguen tan de actualidad como el primer día. Un recetario milenario formado con los productos de proximidad y enriquecido con los de fuera con todo lo necesario para seducir a los ocnsumidores de hoy: origen, tradición y propiedades nutricionales. Una excelente tarjeta de presentación para todos aquellos interesados en conocer el ADN de nuestros fogones. Y es que el consumo de carne de caza silvestre forma parte del acervo cultural de la sociedad española y la actividad cinegética, necesaria para su exisencia, es practicada en la actualidad por alrededor 850.000 personas. Además, la cetrería ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO mientras que, en breve, la montería será declarada por la comunidad autónoma de Andalucía como Bien de Interés Cultural.
12. UN PROCESO MUY VERSÁTIL
Disponible en los mejores restaurantes de España, mercados, grandes superficies y tiendas especializadas, la carne de caza silvestre acepta múltiples preparaciones, desde las más sencillas a las más elaboradas. En la actualidad es uno de los productos más versátiles de los que podemos disfrutar en nuestra mesa. Sus múltiples variedades - de especies de caza mayor o menor, de pluma o pelo...-, y su alimentación natural y silvestre, que le proporciona un delicado y diverso sabor, dan lugar a un sinfín de deliciosas recetas. Así lo han sabido ver los restaurantes más reputados y exquisitos del país, que desde siempre han valorado y cocinado este preciado tesoro que la naturaleza nos ofrece.
Fuente: https://revistajaraysedal.es/